jueves, 27 de mayo de 2010

Mi obra

Los cactus fueron mi excusa para volver a lo figurativo. Formas simples pero contundentes. Sin quererlo el motivo me atrapó, cuanto mas indagaba y trabajaba me daba cuenta que la elección no fue casual. Mezclaba texturas, materiales, colores; experimentaba con ellos, los dejaba guiarme y, a veces, hasta desviarme. Mi abstracción anterior tomó la forma y la empezó a construir. Ya no solo quería trabajar con pinceles, rodillos y espátulas, el soporte necesitaba ser algo más que el tradicional…Junte madera que me traia el mar o encontraba y las transforme en totems,simbolos. Ahora quería mezclar mi pintura con el dibujo, la fotografía y también la escultura. Las “Crasitas”(como les digo yo) pedían más de mí. Que me vuelque de lleno. Fue así.

Y entonces pude darme cuenta que la obra supera (sobrepasa, antecede, precede) al porqué de la elección. El efecto que provocó en mi fue causa y consecuencia del motivo, que me atrapó y no me deja, por suerte, escapar.

Porque yo soy un cactus.

TODOS lo somos.

Hasta tienen forma humana. Están los grupales, los solitarios, los simples y los eclécticos.

Los que no saben donde esta ni el arriba ni el abajo, ¿el delante? ¿el detrás?; los colgados. Los que convergen en su centro, cumplen su ciclo, se encuentran en su interior.

Los que necesitan ser salvados, cuidados, curados.

Los atrevidos, que se animan a ser un animal.

Algún que otro aloe vera, primo lejano de visita.

Ahí parados, esperando que les caiga alguna lluvia, mientras se adaptan aguantando con su reserva interior. Y las espinas para defenderse.

La espinas.Algunos las tienen, otros las carecen. Muchas veces dependen del medio donde les tocó vivir. A todos nos moldeó la abstracción de alguna circunstancia; caímos sin saber porqué en un medio social, un contexto cultural. Y así vamos adaptándonos, blanditos y frágiles por dentro, a veces llenos de espinas por fuera, tratando de cuidarnos de los animales sueltos; Cambiando de forma depende del clima, seco, húmedo, sombrío y frío, soleado.Pero siempre adaptandonos o tratando.Como el cactus.Y si no podemos, morimos.

Solo se trata de sobre"vivir".

Todos diferentes; en forma, color y esencia; pero en fin, reducidos a un mismo mundo, una misma unicidad.

Es cuestión de adaptarse, defenderse, atacar, lastimar y curar.